martes, 18 de septiembre de 2012

Javier San José Amézaga: "Recuerdos y Experiencias"

El lunes 17 de Septiembre, se celebró un Homenaje a Javier San José  en el Salón de Grados de la Universidad de Deusto, con ocasión de la presentación de su libro "Recuerdos y Experiencias", publicado por el Departemento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes del Gobierno Vasco, durante los Actos que vienen celebrándose con ocasión del 30º Aniversario de la creación de la Escuela de Administración Marítima y coincidiendo con el Acto de apertura de curso del Master en Gestión de Empresas Marítimo Portuarias, que imparte la Escuela junto con la Universidad de Deusto.

El acto, al que asistieron los principales representantes el Sector Marítimo del País Vasco, que llenaron por completo el aforo del Salón de Grados de la Universidad, estuvo presidido por el Mgfico. Rector de la Universidad de Deusto P. Jaime Oraá S.J.

La presentación del libro, me la encargó a mí el Coordinador de la Escuela, D. José Luis Trueba. A continuación, D. Jose Angel Corres, Presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, pronunció unas palabras en recuerdo de la labor llevada a cabo por Javier San José durante su presencia como Vocal en la Cámara durante 25 años.

Javier San José, nos explicó posteriormente los motivos que le habían impulsado a escribir el libro, describiendo algunos de los muchos temas que se tratan en él.

Cerró el acto, el Decano de la Faculdad de Derecho, con una glosa de la trayectoria de Javier San José como profesor en la Universidad.

Transcribo a continuación las palabras que pronuncié en dicho acto:

Hablar de Javier San José, su libro y mis contactos profesionales con él, como yo quisiera, me llevaría mucho tiempo, pero José Luis Trueba me pide que sea lo más breve posible y no me queda más remedio que ajustarme  al programa previsto en este acto.

 Tanto Javier como yo, iniciamos nuestra andadura en el Sector marítimo el mismo año: 1.965. Él en Naviera Artola y yo en la Naval de Sestao.

Creo que es interesante, para comprender mejor el libro que hoy se presenta, el recordar las situaciones que tuvo que vivir nuestra Marina Mercante a partir de esos años.

Eran los años de oro de la Construcción Naval y  el desarrollo de las Compañías de Transporte Marítimo. El proteccionismo estatal que gozaban estas dos industrias, nos llevó, desde las 300.000 TRB de buques entregados el año 1.965 a más de 1 millon 600.000 TRB el año 1975, cerca de seis veces más solamente en una década, pasando España a ser uno de los principales productores mundiales de buques, el cuarto país, detrás de Japón, Suecia y Alemania. Aquí en el País Vasco, los Armadores, tanto Nacionales como extranjeros, se disputaban por conseguir una grada para construir buques, principalmente en la Naval y Euskalduna.

Naviera Artola pasó, de tener un solo buque en 1.965 a disponer de una importante flota de petroleros y bulkcarriers. En su libro, Javier  explica claramente y de forma muy amena cómo gestionaron  las dificultades que se presentaron en cada momento para conseguirlo.

En aquellos años, la matrícula del Puerto de Bilbao era la más numerosa de España, tanto en número de buques como por tonelaje, con Navieras muy importantes, hoy todas desaparecidas, como Naviera Aznar, Artola, Bilbaína, Letasa, Marítima del Norte, Vasco-Madrileña, Vascongada, Vizcaina, etc.

Entre 1.967 y 1.969, se construyó en Sestao el buque “Loyola” para Naviera Artola: “el triunfo de la fe” como lo define Javier en su libro  dadas las dificultades que se presentaron para conseguir su financiación, y fue en esa ocasión, cuando le conocí personalmente.

Yo ocupaba entonces el puesto de Jefe de Inspección y pruebas de la Naval y mi último trabajo en el Astillero, antes de fichar por Naviera Vizcaina, fue precisamente mi participación en las pruebas oficiales y entrega del Loyola a Naviera Artola. Creo recordar que durante la entrega surgieron una serie de problemillas con el Responsable técnico de Naviera Artola, que fueron resueltos gracias a la diplomacia y buen hacer de Javier.

A partir de entonces, cada uno en su Naviera, Javier en Artola y yo en Vizcaina, tuvimos poco contacto; (éramos entonces dos Navieras “poco amigas”, como él me lo ha recordado en la dedicatoria de su libro),  aunque a pesar de ser empresas competidoras, mantuvimos una notable colaboración de intercambio técnico,  cuando construimos buques de la misma serie: los Petroleros Urquiola (Artola) y Orduña (Vizcaina) en Sestao, y los bulkcarriers de 50.000 Tdas: en Matagorda se construyeron los de Artola  y en Sestao los de Vizcaina. Recuerdo que con ese motivo realicé un viaje inolvidable a Japón con D. Ramón Apraiz, persona un tanto peculiar, Director Técnico de Naviera Artola y con mi compañero Jaime Oliver, que entonces trabajaba en la Oficina Técnica de la Naval.

Desde Naviera Vizcaina viví el siniestro del Urquiola, que Javier nos describe en su libro con interesantes detalles hasta ahora desconocidos, buque del que se recuperó el cuerpo de popa con la cámara de máquinas y al que posteriormente se le añadió un cuerpo de carga nuevo en Bazán Ferrol, convirtiéndolo en un bulkcarrier de 80.000 Tdas. que navegó en la flota de Naviera Bilbaína y que en 1.987 compramos en Naviera Vizcaina con el nombre de “Urduliz”. Como veis, parte del Urquiola, acabó en Naviera Vizcaina.

Mi segundo contacto profesional con Javier, fue con motivo de la venta de nuestros frigoríficos “Plencia” y “Portugalete” a la Naviera Danesa Lauritzen. Artola acababa de vender  el “Loyola” después de muchos problemas resueltos brillantemente por Javier, a pesar de su soledad, como nos lo cuenta en el capítulo de su libro “Exportación de buques”, y pudimos contar en Naviera Vizcaina con su asesoría totalmente desinteresada, para poder exportar nuestros buques sin problemas, a pesar de ser una Empresa de la competencia.

A partir de 1.980 y cada uno desde su atalaya, pudimos ver cómo la política nefasta de liberalización del transporte marítimo llevada a cabo por el Gobierno de turno, al pasar de un sistema de protección de bandera a otro de libre mercado, con un sistema de toneladas/milla, que las Compañías petrolíferas aplicaban a su conveniencia en perjuicio de los Armadores, sin que las autoridades marítimas lo impidieran y  unido a la crisis del petróleo, fue acabando poco a poco con nuestra Marina Mercante y con nuestra Construcción Naval. Recuerdo que con motivo de la crisis del petróleo, varios Armadores extranjeros que tenían contratados buques petroleros en Astilleros estatales, anularon los contratos incluso pagando a los Astilleros importantes cantidades por ello y a pesar de todo, con una política equivocada del Gobierno de defender a sus Astilleros, los buques fueron construidos y asignados a Empresas entonces también estatales, como Repsol y la Empresa Nacional Elcano, buques, que no eran en absoluto necesarios para el tráfico nacional y que expulsaron del mercado a buques en servicio de Navieras privadas, a pesar de estar cumpliendo religiosamente sus compromisos de crédito con los bancos. Tanto Naviera Artola como Vizcaina fuimos víctimas de esta política equivocada.

Varios de nuestros buques perdieron sus fletes, y se vieron en muchos casos obligados a permanecer fondeados a la espera de que saliera algún viaje que al menos cubriera su costo diario.

En los Capítulos del libro de Javier, “Navegando a coste marginal” y “Velocidad económica óptima”,  nos explica clara y didácticamente, lo que tuvimos que hacer muchos Armadores para poder subsistir.

Y en 1.983,  con la creación por parte del Gobierno, de la Sociedad de Gestión de Buques, la famosa SGB, más conocida como la KGB por sus sistemas de actuación tipo soviético, se firmó el principio del fin de nuestra Marina Mercante. Se trató de una verdadera expoliación a las Navieras que tenían problemas para pagar sus créditos al BCI, pasando sus buques a la SGB, que los vendió en 1.987 a precios irrisorios a Lexmar, en vez de hacer una quita de la deuda a sus anteriores Armadores o venderlos a otros Armadores Nacionales como propuso ANAVE: Esto llevó a la desaparición de muchas Navieras, muchas de ellas vascas; este es un asunto  que se sale del tema que se me han encargado, pero sobre el que tendría mucho que contar….Javier en su libro habla de la venta de los buques a LEXMAR, que vivió en primera persona y nos da datos muy clarificadores...

Al crear el Gobierno Vasco en 1.982 la “Escuela de Administración Marítima”, pasé en 1.984, a pertenecer a su Consejo Asesor en representación de Naviera Vizcaina, que entonces era la Naviera más importante, por tonelaje y número de buques del País Vasco y éste fue un motivo para tratar más de cerca a Javier e intercambiar con él experiencias vividas en nuestras respectivas Navieras.

He sido testigo directo de todo lo mucho que él ha hecho por la Escuela durante los cerca de treinta años en que ambos hemos pertenecido a su Consejo Asesor. En alguna ocasión, he participado con él en el Tribunal de concesión de becas de la Escuela y he podido comprobar su enorme imparcialidad y justicia.

Nuestro último contacto profesional como pertenecientes a “navieras poco amigas”, pero entonces nuestra amistad estaba ya por encima de nuestras Empresas, fue con motivo de la venta de los buques petroleros de 130.000 TPM, Tavira e Iranzu de Artola, a Naviera Vizcaina por imposición de nuestro accionista mayoritario, el entonces recién creado BBV. Fueron después, nuestros buques Ispaster e Izurza.

Javier en su libro, define como “rocambolesca” esta venta y no le falta razón…

En 1.989 nuestros contactos aumentaron al coincidir además como vocales en la Cámara de Comercio, donde yo entré representando a Repsol-Naviera Vizcaina, y principalmente en la Comisión de Asuntos Marítimos… y estando él como Presidente de la Comisión de Legislación y yo en el Comité Permanente de la Corte de Arbitraje. Los dos, dejamos la cámara hace un par de años después de permanecer en ella más de 20 años…

En Julio de 1.992, dejo Repsol-Naviera Vizcaina (*) y me uno a Javier para fundar en Octubre de ese mismo año, la Consultora Bilbao Plaza Marítima, idea surgida precisamente en  la Escuela de Administración Marítima en una conversación informal que tuvimos con Juanjo Olabaria, entonces Director de Puertos y Asuntos Marítimos del Gobierno Vasco y José Luis Trueba. Dos meses después, se incorporó a nuestra Empresa como Socio Manolo Santos, hasta entonces Director del Puerto de Bilbao.

En Bilbao Plaza Marítima hicimos muchas cosas juntos, alguna de ellas las cuenta en su libro. Trabajamos juntos en Guayaquil en un trabajo financiado por el Banco Iberoamericano de Desarrollo, lo que contribuyó a consolidar más nuestra amistad. 

Javier para mí y para los que le hemos tratado de cerca, es un auténtico profesional, buen amigo y magnífica persona: siempre dispuesto a ayudar desinteresadamente al que se lo solicita. Eso sí: pero justo hasta decir basta. Como anécdota contaré, que estando los dos trabajando mano a mano en Bilbao Plaza Marítima, mi hijo Javier, entonces estudiante en Deusto en la especialidad Jurídico-económica, se examinó de su asignatura y como es lógico le dije que le tratara bien….pues bien: a pesar de mi recomendación, le suspendió con un 4,5…El único suspenso de toda su carrera fue precisamente en la asignatura de mi amigo Javier San José….que en Septiembre le dio un notable…

…..Y ¿Qué puedo decir del libro que hoy se presenta?...No voy a relatar más de su contenido que lo que ya he mencionado:..Lo he leído de un tirón y como he escrito en su contraportada, a petición de José Luis Trueba, es un libro escrito por un Profesor universitario, tremendamente didáctico, que sin duda ayudará positivamente a las nuevas generaciones que se incorporan al sector marítimo, a los profesionales que están en activo y un libro de recuerdos y nostalgia a los que por edad, lo hemos abandonado.

Que lo disfrutéis….y Muchas Gracias.

 



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